Peter Manschot, fotógrafo de paisajes y aguas

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Río Guadalentín (Jaén). Foto de Peter Manschot

 

Hace bastantes años, vino a verme un muchacho enjuto y espigado, que se presentó como Peter Manschot. No recuerdo cuál fue el motivo de aquél primer encuentro. Lo ubiqué al momento por tan distinguido nombre, no es un Pepe López al uso, y sabía algo de su trayectoria como fotógrafo de paisajes naturales de Andalucía, de los que había publicado algunos libros de generoso formato. La verdad es que sentía curiosidad por conocer en directo a la persona y al fotógrafo de campo, una pasión esta que vengo arrastrando desde mi juventud, porque sostengo que al campo hay que ir a algo (que cada uno busque su excusa). Y ese algo fue durante muchos años la caza fotográfica, especialmente, en Sierra Nevada y en las sierras de Cazorla y Segura, junto a amigos que se han hecho grandísimos fotógrafos después, como Luís Ordóñez, José Manuel Soriano o mi hermano Andrés. A lo que íbamos, pronto quedé sorprendido por lo que iba averiguando del personaje, cuando menos, singular. ¿Qué hacía un holandés errante por aquí? Y, sobre todo, y lo más desconcertante, ¿cómo se las apañaba para desplazarse al campo sin vehículo? Y ahí empecé a percibir grandes dosis de filosofía vital y de idealismo (bendito sea), con la incipiente percepción de hallarme ante otro amigo de la cofradía de los contemplativos, con los que tanto disfruto y discuto, a partes iguales. Almas puras, un poco ingenuas, niños que se han hecho grandes dentro de una sociedad suicida.

A raíz de aquél primer encuentro, he seguido su trayectoria y participado en algunas de sus actividades (libros, talleres, cursos, conciertos, exposiciones, etc.). Cómo la cabra tira al monte, o el hombre tira al agua, como yo sostengo (por eso el monte con agua es mi paraíso particular), llevo tiempo dándole la murga con que se “moje más”, que se deje de almendros en flor y de ondulaciones de campos, y se meta más a fondo con el agua, que tan fotogénica y generosa es. La verdad es que Peter acude allí donde encuentra belleza y armonía. Ahora está metido en financiar su último libro (Andalucía, paisajes de empoderamiento) a través de crowdfunding, un recurso éste de los mecenas y los patrocinadores que está llamado a tener gran relevancia en el futuro, ante la escasez de apoyos institucionales a la cultura, la creación o la ciencia, diezmados por la crisis, es verdad, pero también por el despilfarro y la mala administración pública.

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 Portada del próximo libro de Peter Manschot

 

Bueno, pues con motivo de este nuevo proyecto, nos pareció a los dos buena idea traer a este blog de “Paisajes del agua” una especie de entrevista informal, para que los seguidores del mismo pudieran conocer algo más de este singular (también tímido) y excelente fotógrafo de naturaleza. Con el móvil como grabadora (¡cómo avanza la tecnología!) fui dejándole caer algunas de las preguntas que creía podrían tener más interés para los amantes del agua y la fotografía, aficiones que practican, en mayor o menor medida, la mayoría de los que acuden a beber a este blog que se mira en el agua.

Oye Peter,  ¿cuál es tu equipo y tu técnica? Como todos, estuve mucho tiempo en la fotografía analógica de diapositivas, resistiéndome a dar el paso digital, hasta que me vi obligado por las circunstancias. Empecé con una cámara réflex Practica, pasando por Minolta, Canon y actualmente trabajo con una réflex Nikon. De una cámara valoro sobre todo la calidad de su óptica, claro está, pero también el rango dinámico y los píxeles para las grandes ampliaciones. Pero ante todo, está el oficio del fotógrafo (vocacional), y no tanto la herramienta. Siempre disparo en formato raw, que me permite disponer de un negativo original de calidad, y con trípode, que me ofrece estabilidad y tranquilidad en las composiciones, que preparo cuidadosamente, tanto apaisadas, como panorámicas o  verticales. Al final, si la fotografía lo requiere, reajusto la imagen con programas habituales de revelado digital como camera raw, lightroom y photoshop.

Dime, ¿cuáles son los motivos que más te gusta fotografiar? Soy un fotógrafo de paisajes naturales, no hago otra cosa. Me gusta también el retrato y fotografía callejera, pero eso lo tengo reservado para otra vida. Intento captar espacios lo más salvajes posibles o, al menos, en armonía y equilibrio con el entorno. Por eso suelo huir de composiciones que involucran a personas o a elementos antrópicos, salvo que encajen en la escena o para calibrar mejor las dimensiones de los elementos compositivos de un encuadre. Mi predilección y dedicación es Andalucía por ser donde vivo y por la extraordinaria diversidad de paisajes que posee. Y dentro de ella sobre todo el interior, no tanto del destrozado litoral, aunque Cabo de Gata es un reducto de inspiración permanente, igual que la depresión del Guadiana Menor, y tantos otros lugares a los que acudo siempre que puedo.

Oye Peter, esto le va a interesar a la gente, ¿y cómo te las apañas sin coche? Bueno, planifico pequeñas expediciones a lugares que sé que son fotogénicos por la época del año (floraciones, luces, nieve, etc.), compruebo la meteorología y saco el billete de autobús al pueblo más cercano. El resto a pata (o en bicicleta) con un buen mochilón a las espaldas, en el que llevo la casa a cuestas (algo que da una tremenda sensación de libertad), porque aparte del equipo fotográfico, arrastro con el saco, la tienda y los víveres para aguantar varios días. ¡Ah!, y normalmente voy solo, me encanta la compañía, pero pocas personas se pueden escapar varios días seguidos al campo, y también, porque a veces, hay que decirlo, es duro y el esfuerzo muy grande. El hecho de acostarme y despertarme y pasar días en el lugar a retratar, me permite sentirme parte del paisaje a retratar e interactuar plenamente con él, y así poder sacarle el máximo partido a mis fotografías y a las cambiantes luces que pasan delante de mis ojos. En ese sentido, me gustan mucho las luces del atardecer, esa hora azul que va desde la media hora anterior a la puesta del sol hasta la media hora posterior. Los amaneceres son igual de bellos (pero tengo que reconocer que no soy muy de madrugar). También me gusta la fotografía nocturna, que he impartido en mis cursos, aunque no le he podido dedicar mucho tiempo para mi portfolio personal.

Bueno, tratándose de un blog de paisajes del agua, dime algo de ellos. El agua me encanta, ¿a quién no? Lo que más me atraen son las cascadas por el juego de luces que ocasionan (buena muestra de ello es la excelente foto que encabeza este post)  y las sensaciones que invocan, desde fuerza y vitalidad, hasta serenidad y profundidad. No soy muy partidario del abuso de los efectos sedosos, tan de moda hoy día, al utilizar bajas velocidades. Con ello se pierden texturas y detalles esenciales del agua, aunque reconozco que ofrecen bellas composiciones que tienen enorme aceptación popular.

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Primeras luces sobre la ladera del Mulhacén, reflejadas en las aguas de un borreguil. Foto de Peter Manschot

 

Para finalizar Peter, cuéntanos algo de tú último libro, ese que quieres publicar a través de una campaña de crowdfunding, y que lleva un título tan sugerente como “Andalucía, paisajes de empoderamiento”. Bueno, el término empoderamiento intenta trasmitir que muchos paisajes se comportan como auténticos refugios humanos, escenarios donde las personas pueden (re)encontrarse a sí mismas y a sus capacidades de sentir, crear, expresar y compartir. Es como abrir horizontes, donde uno se puede sentir libre, pleno, siendo protagonista de sí mismo, lo que no ocurre habitualmente en la vida rutinaria y habitual, de ahí el nombre. Ese crecimiento personal que facilita la Naturaleza se puede trasladar a la vida cotidiana de cada uno, para ayudarnos a tomar decisiones y generar cambios (para mejor), que a la vez influyan positivamente en nuestro entorno y ayuden a construir un mundo mejor.

El libro dispone de 4 capítulos. El primero se titula “La paz y la profundidad”, y es una invitación a adentrarse en los paisajes andaluces y dejarse llevar por su magia y encanto. El segundo se titula “Fantasmagórica”, sobre lugares agrestes e inhóspitos que son para mí una metáfora de rebelión ante una sociedad sobrecivilizada, sobreindustrializada y sobreurbanizada. El tercero, es “Ondulaciones”, con el que califico ciertos paisajes, cuyas formas onduladas son como metáforas de la armonía entre hombre y naturaleza, y símbolos de una sociedad alternativa, más inclusiva y sostenible. Por fin, el quinto trata sobre “Fotografías de abstracciones”, donde el “menos” es “más”,  como en la filosofía del decrecimiento.

Las fotos van salpicadas de frases de poetas y filósofos, que invitan a la reflexión, y con textos de José María Montero Sandoval, un polifacético periodista conocido entre otros por “Espacio Protegido” y “Tierra y Mar” en Canal Sur Televisión (Andalucía). El libro cuenta además con un resumen de la obra “En la Espiral de la Energía”, escrito por Ramón Fernández Durán y Luís González Reyes, sobre el agotamiento de los combustibles fósiles y las materias primas, y su impacto en la sociedad industrializada y urbanizada. También incluye una unidad didáctica sobre el empoderamiento creativo a través de la fotografía de la naturaleza. 

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 Ahí tenemos a Peter, en la hora azul, con su trípode, componiendo tranquilamente como a él le gusta

 

Me despido de Peter deseándole suerte en esta nueva aventura que es editar un libro, no hacerlo, que ya sería bastante. Espero que pronto podamos dar noticia de su presentación. Para más información sobre la obra y el trabajo de Peter, puede consultarse el siguiente su Web personal: www.petermanschot.com (para la campaña de crowdfunding visitar: http://vkm.is/andalucia)

 

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