EL “BOSQUE PROTECTOR” DEL MARQUESADO DEL ZENETE Y EL AGUA

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Hoy 21 de marzo se conmemora el Día Forestal Mundial, lo que viene ocurriendo desde 1971, a instancia de los Estados miembros de la FAO. Cómo es bien sabido, la relación entre aguas y bosques, y viceversa, es existencial, vegetación de muy diverso tipo que brota irremisiblemente allí donde el agua hidrata y fecunda la Tierra. Así pues, los bosques, en sentido amplio, estarán siempre presentes en este blog, como parte indisociable de los paisajes del agua. Para la ocasión, he querido rendir homenaje a los forestales españoles a través de un capítulo de la serie “El Bosque Protector” de la 2 de RTVE. Con ello, brindo también admiración a la línea editorial de divulgación de la Naturaleza que caracteriza a esa televisión pública.

Pues bien, dentro de esa recomendable serie (que puede ser vista “a la carta”), dirigida por el catedrático de la Universidad Politécnica de Madrid Luis García Esteban, he recuperado el capítulo titulado El bosque protector: el Marquesado del Zenete,  emitido el día 11 de enero de 2014. Se trató de un capítulo que me resultó muy cercano por motivos familiares y profesionales, al tiempo que, a mi juicio, reúne elementos muy representativos de lo que ocurrió durante el siglo pasado con los esquilmados montes españoles y la política forestal.

En general, la sociedad conoce poco o, lo que es peor, está mal informada y llena de prejuicios acerca de la inmensa labor que brindaron al país los servicios forestales durante el siglo XX. En concreto, en el Marquesado del Zenete, una comarca granadina de la falda septentrional de Sierra Nevada, se pasó de unas laderas desnudas a mediados del siglo XX, con importantes tasas de arroyamiento en suelos de ínfima calidad, a una cubierta verde de pinos silvestres, pinaster, laricios y carrascos (según cotas y lugares), que hoy alcanza 20.000 hectáreas. Estos bosques de repoblación forman parte actualmente de los parques Natural y Nacional de Sierra Nevada.

Desde niño me crié oliendo a resina y viendo a los pinos crecer, por lo que no soy imparcial en este tema. Vaya por delante, pues, mi admiración hacia las abnegadas gentes que trabajaron en “los pinos” a la largo y ancho de aquella España pobre y atrasada (en el documental hay imágenes al respecto que a buen seguro sorprenderán).

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Un momento de la entrevista entre el director del programa, el catedrático Luis García Esteban, a la derecha, y el ingeniero Andrés Castillo, a la izquierda (captura de pantalla de RTVE-2)

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 En este fotomontaje del ayer (1955) y el hoy (2013) se aprecia cómo se ha corregido la incisión fluvial y la denudación del suelo a través de una repoblación que no actuó sobre hazas de cultivo y los pocos chaparrales relictos existentes en la época (captura de pantalla de RTVE-2)

 

No es momento de repetir aquí argumentos a favor y en contra de las repoblaciones forestales, o de las cosas que se hicieron bien o mal. Al respecto, les invito a que vean el documental citado (youtube). Son 24 minutos en los que, a través de un guión bastante completo, se pasa revista a muchas de las cuestiones que contextualizan aquellos trabajos de repoblación realizados en el Marquesado (a partir de 1955). Sé que en España hubo repoblaciones forestales desafortunadas, y corrientes de opinión que defienden que los montes deben dejarse a su libre ser para su regeneración natural. Pero eso que ahora puede ser viable (y también discutible), en las condiciones de esquilmación y degradación de los montes y suelos de antaño era misión imposible. Conviene, pues, no caer en el error del “presentismo” cuando se hacen análisis históricos de estos temas, juzgando con las circunstancias actuales lo que se hizo en épocas pasadas bajo condiciones e intereses muy diferentes.

Lo que si quiero hablar algo es de las consecuencias que este bosque de repoblación ha ejercido sobre el agua. En este territorio del sureste español que hace frontera con la provincia de Almería, tenemos enormes extensiones de terrenos abarrancados y desnudos (tierras malas o bad lands) afectados por una desertización feroz desde hace décadas. En ellos, y especialmente si no son acuíferos, el agua de precipitación “no para”, provocando arroyamientos generalizados, de forma que las aguas aparte de erosionar los suelos, solo pueden ser retenidas y aprovechadas por embalses, sometidos además a elevados niveles de colmatación. Es verdad que esos paisajes desolados y áridos también tienen valor y encanto, y una vida que ha sabido adaptarse, que es singular o exclusiva y diversa.

En el lado opuesto, los bosques (naturales o de repoblación) retienen bien los suelos y las aguas, favoreciendo la regulación hídrica, con mayores tasas de infiltración, en detrimento de escorrentía superficial. De este modo, la cubierta vegetal cambia radicalmente las partidas cuantitativas del balance de agua y la exposición de estas en el ambiente, dando lugar a paisajes, con vegetación y fauna asociadas, completamente diferentes a los anteriores. En general, los bosques son zonas de refugio y de sombras, enclaves donde se respira frescor y en los que el agua se deja entrever con frecuencia en arroyos y barrancos. Ya se dice en el reportaje, “hoy día un pino vale más por su sombra (y por el ecosistema generado a su amparo) que por su madera”, una muestra más de lo mucho que han cambiado las cosas en el último medio siglo, sin retroceder más en el tiempo, cuando entonces los objetivos que primaban en la política forestal era la corrección hidrológica y la producción de madera.

Pero como suele ocurrir con todos los extremos, unos bosques de repoblación sin tratamientos selvícolas (sin entresacas, ni trabajos de naturalización) se convierten en verdaderos semilleros de pinos que literalmente chocan entre sí. La competencia entre árboles es feroz, las plagas se desbocan, la luz no llega al suelo y la diversidad animal y vegetal se empobrece, aparte de los altos riesgos de incendios que tales acumulaciones de combustible conllevan. Y, además, la que era una baza positiva de los bosques, como era la mayor provisión de aguas reguladas y de calidad, se ve comprometida al detraerse en época vegetativa importantes cantidades por efecto de la evapotranspiración, lo que llega a provocar el secado de fuentes someras y de cabeceras de arroyos.

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Es necesario hacer tratamientos selvícolas de estas apretadas masas de pinar del Marquesado del Zenete

 

Así pues, es necesario hacer tratamientos selvícolas periódicos del conjunto de estos bosques, porque, sino, la situación irá cada vez a peor, de forma que el aumento en densidad y extensión de la cubierta forestal convertirá el manejo de los bosques en algo irrealizable por su envergadura. El argumento principal aducido es que estos tratamientos no son rentables (vale más el trabajo de corta y arrastre que la madera), pero ese análisis, exclusivamente economicista, no tiene en cuenta el valor (no el precio) de los bosques (escasos en el sureste español y en Sierra Nevada), suministradores de multitud de bienes y servicios, aparte de los jornales que estos trabajos selvícolas siempre generaron en las deprimidas áreas rurales de montaña.

Ya lo dijo la FAO para justificar la celebración del Día Forestal Mundial: “Es importante para esta fecha destacar que todos los tipos de bosques proveen a los pueblos del mundo de bienes y servicios esenciales, sociales, económicos y ambientales, además de contribuir a la seguridad alimentaria, agua y aire limpios, y a la protección del suelo. Su manejo es fundamental para lograr un desarrollo sostenible”.

 

Para saber más sobre este tema puede leerse: La repoblación forestal del Marquesado, de Antonio Iglesias, en Sierra Nevada (Manuel Ferrer, 1971)

14 Comments

  1. Paisajes del Agua. Antonio Castillo
    Paisajes del Agua. Antonio Castillo 22 marzo, 2015 / 14:48 - Reply

    Este post se ha compartido en varios portales de Facebook, adonde están llegando comentarios. Muy interesante ha sido la aportación de Juan Romero, que puede verse en: https://www.facebook.com/paisajesdelagua?ref=hl

  2. Jesús Labajo Yuste 22 marzo, 2015 / 20:01 - Reply

    Enhorabuena por este interesante, didáctico y divulgador artículo.
    Larga vida a nuestros bosques y nuestra agua!

    • Paisajes del Agua. Antonio Castillo
      Paisajes del Agua. Antonio Castillo 26 marzo, 2015 / 20:11 - Reply

      Gracias Jesús, ya sabes que el vídeo lo hemos podido compartir gracias ese “El Arriero” que creo conoces

  3. Antonio Gámez López 23 marzo, 2015 / 16:04 - Reply

    Interesante aportación la que Antonio Castillo está haciendo desde este blog “Paisajes del Agua”. Con ello nos está dando a conocer o refrescándonos conocimientos sobre este esencial bien y su mundo “el agua”. Gracias Antonio.

    • Paisajes del Agua. Antonio Castillo
      Paisajes del Agua. Antonio Castillo 26 marzo, 2015 / 14:39 - Reply

      Hola Antonio, gracias por tu comentario que aprecio mucho como nativo y excelente conocedor que eres de la zona. Es mucho lo que los habitantes y los ayuntamientos del Marquesado pueden (y deben) hacer por ese magnífico bosque, que es suyo y que han heredado del trabajo de bastantes años de esfuerzos y penares de muchas gentes de esos pueblos del Marquesado.

  4. Jose Torres 23 marzo, 2015 / 20:13 - Reply

    Hay que actuar ,siempre con criterios basados en la información que sepamos leer del terreno que pisamos, pero actuar. Por poner un ejemplo, en el verano del 2000 , un terrible y provocado incendio asoló en pleno corazón de la Sierra de Cazorla una de las estampas más fotografiadas del Parque, a la altura del Puerto de Las Palomas, pues bien han pasado quince años y la gestión no ha sido para nada rápida de reflejos y tras años de titubeos , después de apostar por una regeneración natural , el espacio se iba descarnando cada vez más , laderas peladas, temiendo los embates de las lluvias torrenciales , con una frágil cubierta vegetal arbustiva pero ni atisbo de árboles ,su inquilino natural y que le daba más identidad al espacio.Por fin se decidieron a poner en marcha la repoblación con coníferas adaptadas al terreno. Quiero agradecer a las gentes que tan generosamente se esforzaron en querer devolver el aspecto digno y altivo de éste rincón protector. Como siempre Antonio , acertados y oportunos tus escritos que con entusiasmo son recibidos. Un cordial saludo.

    • Paisajes del Agua. Antonio Castillo
      Paisajes del Agua. Antonio Castillo 26 marzo, 2015 / 14:30 - Reply

      Como siempre, gracias José por tus sabios comentarios, que beben de la experiencia personal que atesoras, lo que los hace mucho más valiosos para mí

  5. Rafael Hernández del Águila 24 marzo, 2015 / 11:16 - Reply

    Si queremos salir del enorme atolladero civilizatorio en el que nos hallamos inmersos, necesitaremos restaurar nuestras relaciones con el pasado, no sierndo indiferentes a tantos esfuerzos humanos, cuya herencia patrimonial estamos dejando degradarse, mientras hacemos “apuestas de futuro” que parecen olvidarse del duro camino recorrido. Para hablar seriamente de “desarrollo sostenible” no tendremos que pensar sólo en las generaciones futuras sino también en las pasadas ,cuyo esfuerzo y “capital cultural” estamos desperdiciando en pro de una idea de “progreso” que no piensa suficientemente en algo tan básico como las aguas, los suelos, los bosques por un lado y el papel y valor del trabajo humano, por otro.
    El artículo pone, con palabras sencillas y argumentos claros” el dedo en una llaga”, alimentada por el desconocimiento, la desidia y la atonia sociopolítica y cultural, más preocupada, al parecer, por huir hacia adelante que por aprovechar los recursos biofísicos y socioculturales heredados.

    • Paisajes del Agua. Antonio Castillo
      Paisajes del Agua. Antonio Castillo 26 marzo, 2015 / 14:25 - Reply

      Rafael, no sabes lo que me agrada tu comentario, viniendo de un hombre culto e integrador del medio ambiente como eres tú, avalado por una dilatada trayectoria docente e investigadora. Gracias

  6. Juan D. Cano Cavanillas 24 marzo, 2015 / 13:38 - Reply

    Estupendo artículo, no puedo estar más de acuerdo.

    Los pinos se encuentran ahora estigmatizados. Acusados casi de pirómanos por favorecer los incendios forestales y de intrusos por estar ocupando terreno antaño de quercus. Sin embargo no se podrían haber realizado estas repoblaciones con otro tipo de árbol.

    Y los resultados saltan a la vista, sobre todo comprobando fotos antiguas, en muchas otras zonas de Andalucía, si bien no en tanta extensión como en el Zenete.

    • Paisajes del Agua. Antonio Castillo
      Paisajes del Agua. Antonio Castillo 26 marzo, 2015 / 14:23 - Reply

      Hola Juan Diego, es verdad lo que dices de la mala prensa de los pinos, cuando son insustituibles en las reforestaciones de laderas desnudas. Quizás los forestales no han sabido “vender” bien esa enorme labor. Las repoblaciones con pináceas no es de tiempos pasados, es del presente y será del futuro, porque además son especies autóctonas adaptadas al medio, que poblaron los montes ibéricos en la antigüedad

  7. David Oya Muñoz 25 marzo, 2015 / 20:58 - Reply

    He aprendido en 24 minutos de conversación fluida con Andrés Castillo (a pesar de que yo no estaba allí, pero ha sido como si estuviera) en este reportaje, más que en un año en algunas asignaturas de la facultad cuando estudiaba…Fantástico como siempre.

    Enhorabuena Antonio y gracias por hacernos llegar este patrimonio oral.

    • Paisajes del Agua. Antonio Castillo
      Paisajes del Agua. Antonio Castillo 26 marzo, 2015 / 14:18 - Reply

      Gracias David, ya sabes por las conversaciones que tuviste con antiguos guardas y capataces forestales de Cazorla y Segura (con motivo de “la Sierra del Agua”), que cuando uno está delante de personas con mucha experiencia, a poco que sepan expresarse, es un verdadero placer y privilegio escucharlas y aprender de ellas

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